“‘¿Maestro, donde vives? Siempre la Iglesia responde: Cristo está presente en la Eucaristía, en el sacramento de Su Muerte y su Resurrección. En la Eucaristía, y por medio de ella, ustedes reconocen el lugar donde vive el Dios Vivo en la historia humana. Porque la Eucaristía es el Sacramento del Amor que vence a la muerte. Es el Sacramento de la Alianza, el Don de Amor puro para la reconciliación de toda la humanidad. Es el don de la Presencia Real de Jesús, el Redentor, en el pan que es Su Cuerpo entregado por nosotros, en el vino que es Su Sangre derramada por todos.” (Papa Juan Pablo II, Día Universal de la Juventud 1997, Paris, Francia)
¡ Cuando venimos a la Eucaristía, venimos a la Resurrección,
porque es aquí que donde vive nuestro Salvador Resucitado! Cuando
venimos en Adoración ante Nuestro Señor Eucarístico
Él derrama sobre nosotros Su amor, su misericordia y su gracia para
sanarnos. Debemos correr a Él y traer con nosotros a
nuestros seres queridos y a toda la humanidad. Todas y cada una de
las Horas de Adoración que hacemos reducirán el tiempo hasta
que Él nos conceda un nuevo día, la resurrección de
Su Pueblo, de su Iglesia, y de Su mundo! Él es “el Cordero
en el trono” que nos guía, Él es el manantial de “agua
viva” que “enjugará toda lágrima” de nuestros
ojos (Rev 7:17). Mediante nuestra Adoración Eucarística
damos testimonio de Su Resurrección y decimos al mundo: “¡Él
ha resucitado ... Él está aquí! (Lc 24:34).
“¡Mi fuerza y mi valor es el Señor, Él ha sido mi Salvador!
(Is 12:2).
Meditaciones de San Luis de Montfort—Apóstol de Jesús y María
“Devota hija del Santísimo Sacramento, qué provecho, qué riqueza, qué placer es el tuyo cuando te arrodillas a los piés del generoso e inestimable Señor de Señores. Sé valiente, esfuérzate y regocíjate mientras te quemas como una lámpara cada día. Mientras más te des a ti misma, más se dará Dios de Si mismo a ti.” (De una carta a su hermana., Louise, monja Benedictina del Santísimo Sacramento)
“O Madre de Misericordia, llénate con la gloria
de tu Hijo, y deja lo que tengas de más a tu pequeños (Sal
16:4)....A través de ti hemos participado en el fruto de la vida
en la mesa de estos presentes sacramentos. A través de ti
participamos en la mesa de los goces sempiternos en el mismo fruto de vida,
Jesús, el Fruto bendito de tu vientre, al cual damos todo honor
y toda gloria por siempre jamás. Amén.”
“¡Cristo ha resucitado! En Él está mi fe, mi amor; en él yo vivo. Él nos cantó una canción de amor desde el momento de su nacimiento hasta el momento de su muerte y de su resurrección. En el momento de su ascensión–que viene pronto–él nos dejará muestras de su amor; primero, de si mismo en la celebración de la Eucaristía y en el Santísimo Sacramento, y en sus sacerdotes. Porque Él nos ama tanto que aunque fue al Padre, permaneció con nosotros. Solamente Dios puede hacer eso.” (Catherine de Hueck Doherty, fundadora de Madonna House)
Reflexiones de Santa Catalina de Siena
Oración por los Sacerdotes
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