Marzo 2000                                                                                                                              Boletín de noticias No. 28

San José: Adorador perpetuo
San Pedro Julián Eymard

José se unió a la gracia especial de cada uno de los acontecimientos de la vida de Jesús. Él adoró a Nuestro Señor en su vida oculta y en su Pasión y Muerte; adoró por adelantado al Cristo Eucarístico en Sus tabernáculos: no había nada que Jesús podía ocultar a San José.

Aparte de la Santísima Virgen, San José fue el primero y más perfecto adorador de Nuestro Señor.

¡De qué manera tan grande glorificó al Verbo Encarnado la adoración de María y José ofrecida en reparación por la indiferencia e ingratitud de Sus criaturas!

San José se unió a María en adoración y se unió a Cristo, Cuyo corazón se desbordó en sentimientos de adoración, amor y alabanza al Padre, y de caridad hacia los hombres.

La adoración de San José avanzó al paso de cada etapa de la vida de Nuestro Señor, con la gracia, el espíritu y la virtud de cada misterio. En la Encarnación adoró la auto-aniquilación del Hijo de Dios; en Belén, la pobreza; en Nazaret, el silencio, la aparente debilidad, la obediencia, y todas las otras virtudes de Cristo. Él las conocía bien y comprendía claramente la razón por la cual Cristo las practicaba - por el amor y la gloria de Su Padre Celestial.

Fe, humildad, pureza, y amor-estas eran la clave de su adoración. Ningún santo vibró con una fe más ardiente o demostró una humildad más profunda; ningún ángel brilló con mayor pureza; y en cuanto a su amor, ningún santo ni ángel se ha acercado, o se acercará jamás al nivel de la ardiente caridad expresada tan plenamente por su devoción.

Debido al poder de su fe, la mente y el corazón de José se inclinaban en perfecta adoración. Imitad su fe cuando se arrodillan ante el humilde Cristo aniquilado en la Eucaristía. Perforen el velo que cubre esta hoguera de amor y adoren al Dios allí oculto. Al mismo tiempo respeten el velo de amor e inmolen sus mentes y sus corazones en nombre del más bello homenaje de fe.

Entre las gracias que Jesús otorgó a Su padre adoptivo-y Él lo colmó con las gracias correspondientes a cada uno de Sus misterios- está ésa que es especial para un adorador del Santísimo Sacramento. Ésa es la que tenemos que pedir a San José. Tengan confianza, confíen firmemente en él. Tómenlo como patrón y modelo de sus vidas de adoración.

Mediante la íntima unión con este santo adorador yo aprenderé a adorar a nuestro Señor y a vivir en intimidad con Él. De esa forma,yo seré el José de la Eucaristía así como él fue el José de Nazaret. (S. Pedro Julián Eymard)

San José le rindió un culto a Jesús que ningún otro santo le ha rendido. De su alma profunda y serena salía un verdadero océano de amor-el más tierno, el más humilde, un amor que no se atreve a equipararse al amor del Padre, sin embargo atreviéndose a ser como ha sido el de María, igual a los amores unidos del Padre y del Espíritu, siendo ella conjuntamente Madre y Esposa. Ningún ángel puede amar a Jesus como José debe haberlo amado. Ningún amor temporal sino el de María, podría ser más como un amor eterno que el amor de José por el Niño, debido a su semejanza con el amor del eterno Padre. (P. Faber)

San José sirvió al Verbo Eterno con perfecta fidelidad. Piensa en la fe viva que inspiró su ininterrumpida contemplación de la Divinidad del Cristo Niño, piensa en el amor y la fe con que él adoró a su Dios oculto en este pequeño Niño que él sostenía entre sus brazos y llevaba siempre con el respeto debido a Dios. Y cuando el Niño había crecido un poco, fíjate como José sigue atentamente cada uno de Sus movimientos, Sus gestos, Sus acciones, y sus trabajos. (San Bernardino)

"Al hablar de la Madre de Nuestro Salvador, habíamos incluído a su augusto y casto esposo; porque lo que Dios ha unido nunca se debe separar. Cerca de la Sagrada Hostia, como si fuera, en el halo luminoso que la rodea, aparece este amado padre, este gran patriarca de la Nueva Alianza. Esta es la función en que queremos que lo consideren hoy en día, teniendo en cuenta al mismo tiempo el espíritu y el lema de nuestro escudo--¡El Santísimo Sacramento y San José, He aquí nuestra esperanza en estos tiempos peligrosos!

(San Pedro Anastasio Pichenot, Obispo de Tarbes)

“En la antiguedad el Patriarca José almacenó alimentos, no solamente para si mismo sino para todos. (Gén.42): San José recibió el pan de vida bajado del cielo y lo guardó, para sí mismo y para el mundo entero.” (San Bernardo)

“En el Sacrificio Eucarístico la Iglesia venera la memoria de María, la siempre virgen Virgen Madre de Dios, y la memoria de San José, porque él dió como alimento a los fieles a Aquel que deben comer como el pan de vida eterna.” (Papa Juan Pablo II)

Por favor, San José, ora para que se extienda por toda la Iglesia Universal la Adoración Eucarística Perpetua. 

¡Comenzad la Adoración Eucarística Perpetua en vuestra parroquia hoy!

Comuníquese con nosotros para designarle un Misionero, y obtener copias de este panfleto 
junto con los materiales necesarios para empezar la Adoración Eucarística Perpetua.
 

Misioneros del Santísimo Sacramento
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Tel.: (518)561-8193 Fax: (518)566-7103
E-mail: info@acfp2000.com Website: http://www.ACFP2000.com.

Sus generosas donaciones mensuales hacen posible que podamos traer adoradores a Jesús.