Conmigo todo es posible
El
próximo 17 de junio la Iglesia entera celebrará la Festividad
de Corpus Christi (El Cuerpo y la Sangre Sangre de Cristo). Será
un día particularmente especial para mi parroquia, el Sagrado Corazón
de Jesus, en Webster, Massachussets, porque marcará el quinto aniversario
de nuestra Capilla de Adoración Eucarística Perpetua. La
capilla ha sido una bendición inmensa para nuestra comunidad y la
zona que la rodea. Es lo que yo llamo el “milagro en curso de la calle
Main,” donde está situada la capilla. Esta reside en lo que había
sido un convento abandonado. Les diré cómo ocurrió
este milagro.
Nueve años
atrás cuando estaba viviendo en la Casa de la Fraternidad de los
Padres de Steubenville, Ohio, mientras asistía de oyente en la Universidad
Franciscana durante mi sabático, quedé profundamente impresionado
con la Porciúncula, la Capilla de la Adoración Perpetua en
los terrenos de la universidad. El ver a los estudiantes y la facultad
orando reverentemente ante nuestro Señor en el Santísimo
Sacramento reforzó mi fe y me invitó a ser más ferviente
en la oración. No obstante, yo tenía que ver con mis propios
ojos lo que había oído; que en efecto había
gente allí a las dos y las tres de la mañana. Así
que una mañana al ir en auto hasta el campus, atravesando las calles
desiertas y entrando en la Porciúncula a las 3:30a.m, ví
que no estaba solo. Mi oración fue ésta: “Señor,
si fuera a pedir una bendición para mi parroquia sería ésta:
una capilla de Adoración Perpetua donde la gente pudiera estar tranquila
en Tu Presencia, compartir Contigo sus dificultades y temores, escucharte
cuando les aseguras que los amas, y crecer en santidad.”
Debo confesar
que tuve dudas de que esa oración llegaría a realizarse,
pero era un ideal por el cual esforzarme. Cuando llegué a la Parroquia
del Sagrado Corazón inicié la Adoración Eucarística
de los Primeros Viernes. Sin embargo fue una lucha para comenzarla, y no
tuvo gran éxito. Unicamente yo y dos más teníamos
que llenar un número bastante grande de horas. Entonces en 1995,
con motivo de la celebración de Corpus Christi, el obispo dijo que
le gustaría que se abriera una Capilla de Adoración Perpetua
en nuestro rincón de la diócesis. Un hombre, Ed Malley, recientemente
retirado de la compañía de teléfono, tomó la
petición del obispo como si se tratara de una invitación
dirigida a él personalmente. Me preguntó si estaría
bien que él prosiguiera con ello, y el resto pertenece a la historia.
¡Qué
historia tan maravillosa ha sido! Que milagros de gracia y de amor sanador
han ocurrido en las vidas de los que van allí. El “cumplimiento
de sus citas con Jesús” todas las semanas ha ayudado a muchísimas
personas a vivir mejor, y a otras a morir bien y en paz.
El grupo
de la juventud se reúne casi todos los domingos por la noche y como
parte de su rutina regular visitan juntos la Capilla de la (AEP)
durante veinte minutos. Puedo ver algunas vocaciones en ciernes, porque
más de uno ha vuelto durante la semana. Un muchacho de la escuela
superior y su papá tienen un hora juntos. Recientemente, en un retiro,
este joven no vaciló en decir que tiene planeado entrar en el seminario
algún día.
La celebración
de la Misa es un misterio inagotable. Sin duda, constituye nuestro mayor
tesoro. Es como un rápido torrente de gracias llenando el corazón
de todos los creyentes. Es un refrescante vínculo de amor con Dios,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sin embargo para muchos de
nosotros la celebración de la Santa Misa pasa demasiado rápido.
La Adoración
del Santísimo Sacramento nos da la oportunidad de absorber más
pausadamente lo que a veces puede ser muy difícil de captar
bien en la Misa. Nos damos cuenta de que Jesús está actualmente
con nosotros aquí, y de que con Él junto a nosotros todo
es posible.
Con la promoción
del Santo Padre, la Adoración Perpetua se ha convertido en un creciente
fenómeno en toda la Iglesia. Igual que aquí en Webster,
es principalmente una obra del laicado. Ellos la han iniciado y la mantienen
en operación. Y, como ocurre con frecuencia, el fervor y la devoción
de los fieles ha inspirado a sus sacerdotes a perseverar con mayor celo
en el cumplimiento de su vocación. Creo que forma parte de
los planes de Dios para renovarnos.
(El artículo anterior fue escrito por el P. Mike Roy, de Webster, Mass.)
¡Comience la Adoración Eucarística en su parroquia hoy!
“¿Cómo será esto?” “El Espíritu Santo vendrá sobre tí y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”(Lc.1:34-35). El ángel explicó a María cómo iba a ser la madre de Dios. El poder de Dios se manifestó en la anunciación y Jesús vino a este mundo (como un pequeño embrión) dentro del seno de su Su madre virgen. De igual manera, un pedacito de pan, la Hostia, se convierte en el cuerpo de Jesús—por el poder del Espíritu Santo–cada vez que el Sacerdote dice las palabras de la consagración en todas las Misas Católicas. (Extracto de nuestro panfleto “Adoración para los Niños.”) ¡Digamos “si” como María para que la AEP se haga posible en todas las parroquias!
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