El Cordero de Dios—Jesús,
Fuente Eucarística de Misericordia
“Yo soy la Resurrección
y la Vida” (Jn 11:25)
La gloriosa
resurrección de nuestro Señor continúa en la gloria
de este Santísimo Sacramento, porque es aquí donde mora Nuestro
Salvador Resucitado,
derramando Su vida, Su luz, y Su amor sobre todos
los que vienen ante Su Presencia. Este es el Sacramento Pascual porque
la Eucaristía hace presentes todos los Misterios Pascuales de Cristo,
y completa los Misterios Pascuales de Su vida, muerte, y resurrección
La Eucaristía es Nuestro Señor Resucitado, de donde
mana todo el poder de Su resurrección hacia todos los que vienen
ante su Presencia Eucaristíca, aumentando dentro de nosotros
Su misma imagen y semejanza. Jesús está vivo hoy en el
Santísimo Sacramento–viviendo, amando y llamándonos hacia
Él. “He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados
del Mundo.” (Jn 1:29).
Jesús,
el Cordero Pascual, es digno e infinitamente merecedor de nuestra incesante
adoración, porque Él es la Víctima Divina sacrificada
por nuestra salvación, Que continúa inmolándose a
Si Mismo en la Sagrada Eucaristía: “el banquete Pascual en el que
consumimos a Cristo, la mente se llena de gracia, y se nos promete
un futuro de gloria” (Vaticano II)
Juan escuchó
una fuerte voz venida del cielo, “Digno es el Cordero degollado de
recibir el honor, la gloria y la alabanza” (Rev 5:12). Jesús
en el Santísimo Sacramento es digno de la incesante Adoración
de la humanidad por todo lo que ha hecho por nuestra salvación.
Juan vió gentes delante del Cordero en el Trono, Jesús en
el Santísimo Sacramento, día y noche “sin pausa” (Rev 4:8).
Del trono de Dios y del Cordero brotaba un río de gracia y amor
que “sanó a todas las naciones” (Rev 22:1,2). Este es
el poder, el valor y la importancia de la Hora Santa de Adoración
Eucarística que hacen ustedes. ¡Vuestro sacrificio
sanará a todas las naciones! Con la Adoración Eucarística
Perpetua damos testimonio de Su resurrección y decimos a todo el
mundo: “¡Ha resucitado, ha resucitado!” (Comuníquese
con nosotros para ordenar el inspirador video “Digno es el Cordero”).
“‘La ciudad no necesita ni de sol
ni de luna que la alumbren, porque la ilumina la gloria d Dios, y su lámpara
es el Cordero! (Rev 21:23b), Su Misericordia Eucarística, Su Luz
y Su Amor esperan nuestro reconocimniento... . Por esto es que la Adoración
Eucarística Perpetua es la mayor y más urgente necesidad
en nuestros días. Porque “Por las entrañas de misericordia
de nuestro Dios–Jesús, la Luz Eucarística y el Amor—harán
que nos visite una Luz de la altura para guiar nuestros pasos por el camino
de la paz!....” (Del libro He aquí el Cordero, que se puede
obtener a través de nuestro apostolado)
“Visiten al Señor en ese
contacto de ‘corazón’ que es la Adoración Eucarística.
Día tras día, recibirán nuevas fuerzas para ayudarlos
a darle consuelo al que sufre y paz al mundo. Muchas
personas reciben heridas en su vida; no tienen acceso al progreso económico,
y carecen de un hogar, una familia, un empleo; hay personas que se encuentran
perdidas en un mundo de falsas ilusiones, o han abandonado toda es peranza.
Cuando contemplamos la luz radiante de la cara del Cristo Crucificado aprendemos
a vivir como ‘hijos de la luz e hijos del día’ (1 Tes 5:5),
y de esta forma darán a conocer que el fruto de la luz consiste
en toda bondad, justicia y verdad’ (Ef 5:9).” (Del Mensaje del Papa J.P.
II en el Congreso Mundial de la Juventud el año 2000, animándolos
a asistir a la Adoración Eucarísica).
¡El Misericordioso Amor de Dios!
“El Misterio Pascual [de la Eucaristía] es Cristo en el ápice de la revelación del inescrutable misterio de Dios. Es ahí precisamente cuando las palabras pronunciadas en el Cenáculo se cumplen a cabalidad: ‘El que me ve a Mi ve al Padre.’ De hecho, Cristo, al que el Padre no ‘libró’ por el bien del hombre y quien en su Pasión y en el tormento de la Cruz no obtuvo misericordia humana, reveló en Su Resurrección la plenitud del amor del Padre hacia Él, y en Él por todos nosotros. ‘Él no es el Dios de los muertos sino de los vivos.’ En su Resurrección Cristo reveló al Dios del amor misericordioso, precisamente porque aceptó la Cruz para alcanzar la Resurección.” (Dives in Misericordia, Sobre la Misericordia de Dios, Papa Juan Pablo II)
“O Sangre y Agua, que brotasteis del Corazón de Jesús como fuente de Misericordia para nosotros, en Vos confío.” (Sta. María Faustina Kowalska, Diario de la Divina Misericordia, 187)
“¡Cuando la monja polaca, Sor Faustina Kowalska (ya Santa) se encontraba rezando frente al Santísimo Sacramento, Nuestro Señor se le apareció! De Su Sacratísimo Corazón brotaban rayos de luz Divina de color rojo claro y blanco, que se difundían por toda la capilla. Cada vez que alguien venía a la capilla para una visita, esos rayos divinos salían de Jesús y rodeaban todo el mundo. Jesús explicó que cada persona que venía ante Él en el Santísimo Sacramento representaba a toda la humanidad y que cada hombre, mujer y niño en la faz de la tierra siente un nuevo efecto de Su bondad, gracia, amor y misericordia por cada hora santa hecha en Su divina Presencia.” (Cita del libro “Tesoro Escondido” de Louis Kaczmarek, obtenible a través de este apostolado)
¡A través de la Adoración
Eucarística Perpetua con exposición— le devolvemos a Jesús
amor por Amor, y Él envía Sus rayos de amor sobre nosotros,
nuestras familias y el mundo entero para sanarnos! En las palabras
de Jesús a Sor Faustina del Santísimo Sacramento: “Yo
deseo que la Adoración tenga lugar por la intención de implorar
Misericordia para el mundo.” ¿Está usted dispuesto
a hacer el sacrificio—pasando una Hora Santa todas las semanas con Jesús—
para que su parroquia le dé a Él la gloria de tener Adoración
Eucarística Perpetua? ¡La festividad de la Divina Misericordia
se celebra el Domingo después de Pascua de Resurrección,
por favor, vaya a la Adoración, rece la Coronilla!
Oración por los
Sacerdotes
por Santa Catalina de Siena
¡Te ruego guies hacia Ti los corazones y la voluntad de los siervos de Tu Esposa, la Santa Iglesia, para que sigan al pobre, sangriento, humilde, y manso Cordero de Dios por la senda de la Cruz. Conviértelos en ángeles con forma de hombres; pues son ellos los que tienen que administrar y distribuir el Cuerpo y la Sangre de Tu Hijo Unigénito! Amén.
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¡Ayúdenos! Necesitamos que contiúe guíando almas a Nuestro Misericordioso Salvador en la Sagrada Eucaristía. Por favor sea generoso con su donativo de $25.00, $50.00, o más.
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