Palabras de la Madre
Teresa
“Es preciso impulsar
vigorosamente la adoración perpetua con exposición
del Santísimo
Sacramento.”
“Jesús se
hizo para los humanos el Pan de Vida con el fin de
comunicarnos vida.
De noche y de día, Él está allí. Si quieres
que el amor crezca
en ti, regresa
a la Eucaristía, regresa a esa Adoración.”
“Nuestra vida tiene
que desarrollarse en torno a la Sagrada Eucaristía
. . . fijen los
ojos en Aquel que es la luz; acérquense de corazón a Su
Divino Corazón;
pídanle que les conceda gracia para conocerlo, amor para
amarlo, valentía
para servirlo. Búsquenlo con todas sus fuerzas.”
“Por intermedio
de María, la causa de nuestra alegría, ustedes
descubrirán
que nadie en la tierra les recibirá con mayor alegría, nadie
en la
tierra los amará
más que Jesús, que vive y que está verdaderamente
presente
en el Santísi
mo Sacramento . . . Él está ciertamente allí,
en Persona, esperándolos.”
“No podemos separar
nuestra vida de la Eucaristía, porque si llegamos a
hacerlo, en ese
mismo momento algo se rompe. La gente pregunta, ‘¿De
dónde sacan
las hermanas la alegría y las fuerzas para hacer lo que hacen?’
La Eucaristía
no implica sólo el hecho de recibir, sino también el hecho
de saciar el hambre
de Cristo. Él nos dice, ‘Vengan a mí’, porque Él
tiene hambre de almas.”
“Recién en
1973, cuando empezamos nuestra Hora Santa diaria, fue que
nuestra comunidad
comenzó a crecer y florecer . . . En nuestra congregación
solíamos
tener adoración una vez a la semana durante una hora; luego en 1973
decidimos dedicar
una hora diaria a la adoración. El trabajo que nos espera es
enorme. Los hogares
que tenemos para los indigentes enfermos y moribundos están
totalmente llenos
en todas partes. Pero desde el momento que empezamos
a tener una hora
de adoración cada día, el amor a Jesús se hizo más
íntimo en
nuestro corazón, el cariño entre nosotras fue más
comprensivo y el amor
a los pobres se
nos llenó de compasión, y así se nos ha duplicado
el número
de vocaciones.
Dios nos ha bendecido con muchas vocaciones maravillosas.
La hora que dedicamos
a nuestra audiencia diaria con Dios es la parte más
valiosa de todo
el día.”
“Las horas de adoración
son horas especiales de reparación por los
pecados cometidos,
y de intercesión por las necesidades del mundo entero; en
ellas exponemos
la humanidad, que está enferma de pecado y hundida en
terribles sufrimientos,
a los rayos sanadores, reconfortantes y transformadores
de Jesús
que irradian de la Sagrada Eucaristía.”
“La hora santa es
nuestra oración familiar; en ella nos reunimos a
rezar el Rosario
ante el Santísimo expuesto durante la primera media hora; en la
segunda, oramos
en silencio.” Cuando le preguntaron a la Madre Teresa cuántos
conventos tenía,
ella respondió: “Tenemos 584 sagrarios.”
“Cuando uno contempla
el crucifijo, entiende lo mucho que Jesús nos
amó. Cuando
uno contempla la Sagrada Hostia, entiende lo mucho que Jesús nos
ama ahora.
Esta es la razón por la cual ustedes tienen que pedirle a su
sacerdote que inicie
la Adoración Perpetua en su parroquia. Yo le
ruego a la Santa
Madre que toque el corazón de los sacerdotes de todas las
parroquias para
que tengan la Adoración Eucarística Perpetua en sus parroquias,
y
que ésta
pueda propagarse por el mundo entero.”
“El tiempo que uno
pasa con Jesús en el Santísimo Sacramento es el
tiempo mejor invertido
en la tierra. Cada momento que uno dedica a Jesús
profundiza nuestra
unión con Él y le imprime al alma un aspecto más eternamente
glorioso y hermoso
en el Cielo, que nos ayudará a alcanzar una paz duradera en la tierra.”
Oraciones de la
Madre Teresa
“Oh, Dios nuestro,
creemos que estás aquí. Te adoramos y te amamos con
todo el corazón
y el alma porque Tú, Señor, eres dignísimo de todo
nuestro
amor. Queremos
amarte como lo hacen los Santos en el Cielo . . . Llena
nuestra alma con
tu Espíritu y tu vida, te rogamos. Penetra completamente en
nuestro ser y poséenos
por completo, para que nuestra vida sea nada más que el
resplandor de Tu
propia vida. Brilla en nosotros, Señor, y permite que Tu
presencia en nosotros
sea tal que todas las almas con quienes tengamos contacto
puedan percibirte
en nuestra alma. ¡Haz que al mirar los demás no nos
vean a
nosotros, sino
sólo a Jesús!”
El fruto del silencio
es la ORACIÓN
El fruto de la
oración es la FE
El fruto de la
fe es el AMOR
El fruto del amor
es el SERVICIO
El fruto del servicio
es la PAZ
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