Oración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado
Corazón de María
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Sacratísimo Corazón de Jesús, realmente presente en la Santísima Eucaristía, te consagro mi cuerpo y mi alma a Tu Corazón para que sean uno sólo, sacrificado a cada instante en todos los altares del mundo y alabo al Padre, implorando por el advenimiento de Su Reino. Recibe, te lo ruego, ésta mi humilde ofrenda. Dispón de mi según Tu voluntad para la gloria del Padre y la salvación de las almas. Reina del Santísimo Rosario y Madre amorosísima de todos, me consagro a tu Inmaculado Corazón, y te encomiendo a mi familia, a mi país y a la humanidad entera. Te ruego aceptes mi consagración, Madre amantísima, y utilízame según sea tu deseo, para cumplir con tus designios sobre el mundo. Oh Inmaculado Corazón de María, Reina del Cielo y de la Tierra, reina en mí y enséñame a permitir que el Corazón de Jesús reine y triunfe en mí y a mi alrededor como reinó y triunfó en ti. Amén. ¡Sagrado Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón de María, protégenos! ¡Padre Celestial, por medio del Espíritu Santo, te ofrecemos todo por el Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús, todo a través del Inmaculado Corazón de María y todo en unión con San José! Cómo rezar el Rosario: Empezar haciendo la Señal de la Cruz, luego rece el Credo de los Apóstoles, un Padre Nuestro, tres Avemarías y un Gloria. Cada una de las cinco décadas del Rosario empieza con un Padre Nuestro seguido por diez Avemarías, un Gloria y la oración de Fátima. Finalizar el Rosario con la Salve. Credo de los Apóstoles: Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. Padre Nuestro: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén. Ave María: Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Gloria: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Oración de Fátima: Oh Jesús mío, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Salve: Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve, a ti clamamos los desterrados, hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros, esos tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh Clemente!, ¡Oh Piadosa!, ¡Oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén. Rezar los misterios Gozosos el Lunes y el Sábado, los misterios Luminosos el Jueves, los misterios Dolorosos el Martes y el Viernes y los misterios Gloriosos el Domingo y el Miércoles. |
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